Estas personas, están agradecidas con la tierra, celebran todos los bienes que provienen de ella, así como, el refugio brindado a todos sus habitantes. Con varios rituales, las distintas poblaciones autóctonas, revalorizan a la madre naturaleza, retribuyen las riquezas ofrecidas y viven en armonía con el medio ambiente.
Efectivamente, es una idea, con la cual, la sociedad actual debe convivir. Pero lamentablemente, los avances tecnológicos, alejan a las personas de sus orígenes, y se sienten extraños a los ecosistemas que les rodean. Como consecuencia, se ha perdido esa relación de armonía con la naturaleza, se destruyen los propios recursos y cada vez existen más pobladores, que suelos productivos.
Es importante recordar, que el ser humano, es solo un invitado en el vasto territorio del planeta. Su deber principal es cuidar el hogar que lo ha acogido. La sabiduría de los pueblos originarios, es una escuela, de la cual se aprende todos los días. Asimismo, un estilo de vida más verde, es posible con educación, y adoptando nuevas medidas sustentables en el diario vivir.
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