Este ecosistema, convive en un ambiente marino costero con todos los seres que lo habitan, y así, forman una simbiosis, que se ve alterada por el incremento de las actividades humanas, lamentablemente no sostenibles ambientalmente.
La importancia de este ecosistema radica en su capacidad productiva, debido a su riqueza mineral en los suelos, y a su biodiversidad. Asimismo, es considerada una de las 5 unidades ecológicas más fértiles del mundo.
En el Ecuador, el Ministerio del Ambiente (MAE), con la colaboración de la Subsecretaría Marina y Costera, han asumido el reto para la conservación y protección de los manglares. No solo por su importancia medioambiental, sino por los recursos naturales que generan, los mismos, que permiten sostener a varios pobladores aledaños a este hábitat.
Efectivamente, la celebración del pasado 26 de abril, busca pactar acuerdos donde se incluya el uso sustentable y la custodia del manglar. Adicionalmente, se planean jornadas de reforestación, limpieza y recuperación ambiental, así como educación a los pobladores, para que aprendan a convivir con la naturaleza sin dañarla.
Cualquier ecosistema, sin equilibrio medioambiental, sin biodiversidad, está condenado a su extinción. Es deber de los pobladores, de los ciudadanos, proteger los recursos que brinda la Madre Naturaleza. La mejor forma de retribuirle lo que ofrece, es aportando el doble a su cuidado. Cabe recalcar, que sin los bienes más valiosos, aquellos provenientes de la tierra, los seres humanos desaparecerían.
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